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Leonid Rógozov - El hombre operó su propio apéndice



Leonid nació en aldea de Dauriya al este de Siberia, al noreste de la triple frontera entre Rusia, Mongolia y China. Ingresó en el Instituto Médico Pediátrico de Leningrado.

Después de graduarse en 1959 como médico general comenzó el entrenamiento clínico para especializarse en cirugía. En septiembre de 1960, a la edad de 26 años, interrumpió su entrenamiento y se unió a la sexta Expedición Antártica Soviética como médico.

Desde septiembre de 1960 hasta octubre de 1962, Leonid trabajó en la Antártida, integrando un equipo de trece investigadores de la Base Novolázarevskaya, que fue establecida en enero de 1961.

En la mañana del 29 de abril de 1961, en medio del invierno polar. Leonid, de 27 años, tuvo náuseas y fiebre, y más tarde dolor en el abdomen.

Ningún tratamiento le ayudó. El 30 de abril se hicieron evidentes los signos de una peritonitis, y su estado de salud empeoró considerablemente durante la noche.
La base Mirni era la estación soviética de investigación más cercana, a 3074 km de Novolázarevskaya.

El viaje desde Rusia a la Antártica había tomado 36 días por mar y el barco no regresaría hasta el siguiente año.

Las estaciones antárticas de investigación de otros países no disponían de avión. Las severas condiciones antárticas impedirían el aterrizaje de aeronaves. No tenía más opción que realizarse una autocirugía.

Leonid sabía que su apéndice podía reventar en cualquier momento, y que si eso ocurría muy probablemente moriría. Y mientras consideraba sus opciones, sus síntomas empeoraron.




"No pude dormir en toda la noche. ¡Me duele como el demonio! Una tormenta de nieve azota mi alma, gimiendo como 100 chacales"

"Todavía no hay síntomas evidentes de perforación pero una sensación opresiva de presagio pende sobre mí... eso es todo... tengo que pensar en la única salida posible, operarne a mí mismo... Es casi imposible... pero no puedo simplemente cruzarme de brazos y darme por vencido".

Escribió en su diario.




La operación comenzó alrededor de las 10:00 pm el 30 de abril de 1961. Leonid se inyectó en la pared abdominal una solución de 0,5 % de novocaína como anestesia local. Con la ayuda del conductor de tractores y el meteorólogo, que le alcanzaban los instrumentos y la utilización de un espejo para observar las áreas no visibles, mientras que Leonid estaba en una posición semireclinada.


El director de la estación también se encontraba en la sala, en caso de que alguno de los otros presentes se desmayara.

Leonid hizo una incisión de unos 12 cm para buscar el apéndice. Media hora después del inicio de la operación empezó a sentir debilidad y náuseas, por lo que de ahí en adelante tuvo que hacer varias pausas para descansar. Según su informe, el inflamado apéndice tenía una perforación de 2 × 2 cm en la base. Se inyectó antibióticos 
directamente. Cerca de la medianoche terminó la operación.





"¡Mis pobres asistentes! En el último minuto los miré. Estaban ahí vestidos con las batas blancas quirúrgicas, pero más blancos que ellas"
"También tenía miedo. Pero cuando cogí la aguja con la novocaína y me puse la primera inyección, de alguna manera entré en modo de cirugía, y desde ese momento no me di cuenta de nada más”

Escribió Leonid.





Después de un breve período de debilidad posoperatoria, los signos de peritonitis desaparecieron. La temperatura de Leonid volvió a la normalidad después de cinco días. Siete días después de la operación, se retiró los puntos de sutura. En unas dos semanas pudo reanudar sus actividades normales.

Pero a esta historia extraordinaria le faltaba un giro más.

Debido a unas condiciones meteorológicas desfavorables, y gigantes trozos de grueso hielo marino, la embarcación que debía recogerlos en abril de 1962 no pudo acercarse lo suficiente y el equipo pensó que tendrían que pasar otro año en la Antártica.
Como cirujano, Leonid estaba preocupado por perder el contacto con el mundo de la medicina.





"Cada vez más a menudo las ondas de la molesta nostalgia por mi hogar y el odio de esta maldita Antártica se arrastran sobre mí. Qué extraño parece haber venido a esta expedición. Todo lo exótico de la Antártica se agotó en un mes. Y en cambio estoy perdiendo dos años de mi vida. Mi clínica, que me gusta más que cualquier placer mundano, parece tan lejos de aquí como Marte”

Escribió Leonid.






Para alivio de todo el equipo finalmente fueron transportados en avión, tan sólo un poco más tarde de lo previsto.

Tuvieron que ser evacuados en aviones monomotor. De una forma muy dramática tanto que uno de los aviones casi cae al mar.

Leonid regresó a su casa convertido un héroe nacional.

Su increíble historia de supervivencia fue una herramienta poderosa para la máquina de la propaganda soviética. Tan sólo 18 días antes de realizarse la apendicectomía, su compatriota ruso, Yuri Gagarin, se convirtió en el primer hombre en el espacio, y se hacían comparaciones entre los actos heroicos de los dos hombres.

Leonid fue galardonado con la Orden de la Bandera Roja del Trabajo, que honraba las grandes hazañas y servicios para el Estado y la sociedad soviética.
Su valentía se exhibió como un símbolo para el resto del mundo: "Mira a esta generación de jóvenes que nuestro sistema ha producido: joven, guapo, sonriente, buenos tipos". "Pero al mismo tiempo, de acero y una determinación de hierro".

Leonid, sin embargo, evitó la publicidad. El día después de su regreso a casa, volvió a su hospital y reanudó su carrera.

Regresó a Leningrado y empezó a hacer un doctorado en su alma máter.

En septiembre de 1966 fue galardonado con el doctorado con la tesis «La resección del esófago para el tratamiento del cáncer de esófago».


En los años siguientes trabajó como médico en varios hospitales de Leningrado.


Desde 1986 hasta 2000 se desempeñó como jefe del Departamento de Cirugía del Instituto de Investigación de Neumología Tuberculosa, en Leningrado/San Petersburgo.

Leonid falleció el 21 de septiembre de 2000 de cáncer de pulmón.

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